Publicar videos de crímenes ¿denuncia o promoción?
Fotograma del video original del asesinato de Rosa del Carmen Castillo, de 35 años de edad grabado por los asesinos de la mujer. EL video permitió identificar y capturar a los autores materiales e intelectuales del hecho.
Daisy Galaviz @Daygalaviz
La difusión de una grabación que mostraba el asesinato de una mujer generó una polémica acerca de la pertinencia de publicar o no videos de crímenes en los medios de comunicación.
En este caso, las imágenes grabadas por los propios homicidas, y luego colgadas en redes sociales, permitieron su identificación. Pero qué se busca cuando se reproduce lo que parece ser el mensaje de un grupo criminal? Hay algún objetivo periodístico detrás de esta publicación?
Un miembro de la banda zuliana “el Mino” fue identificado como el autor del asesinato de Rosa del Carmen Castillo, quien se encontraba junto a su hija y madre, cuando fue asediada en su vivienda por unos hombres que buscaban venganza. El homicidio grabado por los delincuentes, se viralizó a través de las redes sociales. El hecho de que mostrara por varios segundos el rostro de uno de los asesinos permitió a la policía cruzar esa imagen con sus registros e identificarlo plenamente, lo que también permitió conseguir la identidad de los demás integrantes del grupo criminal.
Los asesinos formarían parte de la banda “El Mino”, organización dedicada al robo, secuestro, extorsión, sicariato y tráfico de drogas, en la ciudad zuliana de Cabimas.
Los integrantes de la banda fueron identificados por el comisario Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc), como Jhonderson Antonio León Mollejas “El Mimo” (28), Adrián José Rodríguez Gudiño “El Adriancito”, fugado del retén de Cabimas desde el año 2016, (32) Juvenal Gregory Acosta Meléndez, “El Juve” (31), José Gregorio Castillo Figueroa, José Ramón Sánchez Flores y José Colmenares, alias “Boleta”, quien falleció tras enfrentarse a comisiones del Cicpc la madrugada de este lunes. Colmenares sería uno de los asesinos de Rosa Castillo.
Rico afirmó que se realiza un intenso operativo en la entidad con el objetivo de capturar a los demás integrantes de la organización criminal.
Además el jefe policial garantizó “atención psicológica y social a los familiares de Castillo, quienes fueron testigos del brutal ataque perpetrado contra la mujer”. La atención estaría especialmente dirigida a la hija y a la madre de la víctima.
Según el comisario José Landáez, subdirector de la policía municipal de Los Salias, esta y otras capturas son posibles gracias a las investigaciones realizadas por la policía quienes cruzan la información publicada en redes sociales con los récords policiales.
La banda de “el Mino” no es la única ubicada gracias a la revisión de contenidos digitales. El comisario Landáez refirió también la reciente detención del líder de una banda criminal, apodado “Junior Palmita” (Junior Gómez), quien se filmó mientras asesinaba a un hombre de 53 años en un carro en el sector Quebrada Honda, en Cúa, estado Miranda.
En este caso el hombre quien había sido grabado disparando contra otro, falleció tras enfrentarse a las autoridades, el pasado jueves 22 de marzo en una casa en ruinas en el sector Las Finas del Canero en El Yagual, Cúa estado Miranda. El sujeto fue localizado luego de que se hiciera viral el contenido digital y se obtuviera información sobre su ubicación.
“En Venezuela, la publicación de videos y fotos de asesinatos que muestran rostros o indicios del sector donde fueron grabados ha llevado a la captura de algunos miembros de bandas”. La dificultad que muchas veces enfrentan los órganos de seguridad, según el comisario Landaez, es que las bandas en su mayoría están integradas por más de 30 hombres.
El policía destacó que aunque las redes sociales brindan un cierto clima de anonimato, cuando un contenido violento se viraliza a través de estos medios, los funcionarios de investigación proceden a monitorear las redes y los comentarios que en ellas realizan vecinos o personas que reconocen esas caras y acuden a ellos a través de los mecanismos de la confidencialidad.
“También se ayudan de los registros policiales -como en el caso de la banda zuliana-, porque una gran parte de estos asesinos han estado detenidos y los funcionarios pueden reconocer sus rostros o los sectores donde operan”.
El criminólogo Freddy Crespo, coordinador del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), explica que una de las razones que lleva a la delincuencia a grabar sus fechorías es la impunidad que existe en el país, la cual, según Cofavic, para el año 2016 fue de 98 %.
Crespo considera que este factor, “además de incrementar la violencia, lleva a los criminales a exhibir sus homicidios por las redes como si fueran un hecho más, como si se tratara de la publicación de una receta de cocina, la violencia se convierte en un hecho cotidiano, no hay miedo, ni pudor”.
Por su parte, Luis Izquiel, criminólogo y experto en seguridad ciudadana, agrega que como los delincuentes saben de los niveles de impunidad, y como piensan que es difícil que sean capturados se graban sin importar que en ellos aparezca su cara. Entre las razones del delincuente, distingue la necesidad de “alimentar su ego y obtener notoriedad en el mundo delictivo”. Luego está el mandar un mensaje a grupos rivales o personas que los puedan denunciar.
El comisario Landáez coincide con la opinión de Izquiel al asegurar que las bandas delictivas graban los homicidios que cometen para “amedrentar, ganar caché y mantener el control de su zona”.
La periodista Ronna Rísquez, editora en español de InSight Crime, explica que un medio de comunicación debe tener claro lo que quiere lograr con la publicación de estos videos grabados por criminales: si lo que se desea es hacer una denuncia y mostrar a los delincuentes para promover su captura “hay que usarlos”, pero alerta que si el medio lo que quiere es unos cuantos clics o me gusta, debería reexaminar su decisión.
Rísquez advierte que un tratamiento inadecuado por parte de medios audiovisuales de este tipo “se puede tornar en una propaganda para los criminales” y puede, sin querer, convertirse en un instrumento difusor del mensaje que desean hacer llegar los delincuentes.
Además de la responsabilidad de los medios también está la del usuario de redes sociales, quien tiene la opción de denunciar este tipo de publicaciones o al usuario que postea contenido sensible.
Youtube, Facebook, Twitter e Instagram tienen integradas dentro de sus configuraciones, mecanismos que controlan estos tipos de contenidos y también reciben reportes para que no se propaguen.