#Táchira | Hubo tres homicidios a manos de presuntos miembros del ELN

Dos de las víctimas fueron raptadas por hombres armados y sus cuerpos fueron hallados en dos sectores del municipio Fernández Feo. Lugareños presumen que el tercer muerto formaba parte de la megabanda Tren de Aragua

Equipo Monitor de Víctimas

Tres hombres fueron asesinados, presuntamente, por integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en dos municipios tachirenses, jurisdicciones donde convergen grupos irregulares.

¿El motivo? Desobedecieron “la Ley del monte”, normas que los lugareños deben cumplir para salvaguardar sus vidas en aquellos municipios fronterizos del Táchira, según explicó la pareja de una de las víctimas. De lo contrario, las consecuencias serían negativas para el infractor.

Esta pariente pidió no ser identificada por temor a represalias. “Me da miedo por mis hijos”, dijo. “Esperaba cualquier castigo, menos la muerte; lo hubiesen dejado mocho, pero vivo”, decía desconsolada en la sala de patología forense de la ciudad de San Cristóbal.

Al parecer, la tarde del 15 de julio de 2022, Jesús Arnaldo Roa Amalla, de 33 años, y Ramón Briceño, de 50 años, habrían abordado el “bus rojo” en las adyacencias del Terminal de Pasajeros de San Cristóbal, con destino a El Piñal, municipio Fernández Feo.

Luego de una hora de camino, llegaron a su destino. “Ellos compraban mercancía en el terminal: cigarrillos, salchichas y patas de pollo; y las distribuían en El Nula”, relató la viuda.

Al bajar de la unidad de transporte, unos hombres armados los embocaron, tomaron los productos y montaron a las víctimas en una camioneta, con rumbo desconocido.

“Nadie vio nada, nadie dijo nada”, afirmó. El miedo silencia a los posibles testigos.

Aproximadamente, a las 4 de la tarde, la mujer fue alertada sobre lo ocurrido. “Pensé que se lo habían llevado, tal como ocurrió hace dos años, pero en aquel momento, lo soltaron con vida”, afirmó.

La incertidumbre invadió a las familias, hasta la tarde del sábado 16 de julio, cuando Ramón Briceño fue localizado sin vida, en el sector Caño de Tigre, El Ramal, vía troncal 5, recta de Ayarí, municipio Fernández Feo.

El cuerpo estaba baleado, con signos de haber estado maniatado y con surcos de atadura en la región de la cara, tendido en el pavimento, cubierto de sangre. “Mataron al Maracucho”; circuló la noticia.

Sin embargo, el paradero de Jesús Roa Amalla era incierto. Fue hasta la tarde del domingo 17 de julio, 48 horas después de su rapto, cuando fue localizado su cadáver en el sector de Villa Paraíso, Naranjales, municipio Fernández Feo.

El cuerpo de la víctima presentaba tres heridas producidas por el paso de proyectiles, con signos de violencia, como las que presentaba Ramón Briceño.

“Yo le decía que se mudara a San Cristóbal. Aquí existen otras leyes, no como las de ellos, que matan sin compasión”, decía la familiar de una de las víctimas.

Ambos cuerpos fueron llevados a la Morgue de San Cristóbal. La investigación continua por parte de los organismos de seguridad, para determinar el móvil de dichas muertes.

Lo asesinan y lo dejan en vía pública

Eran cerca de las 2:00 de la madrugada del día lunes 12 de julio de 2022, cuando conductores que transitaban por la troncal 5, vía Capacho, municipio Libertador, observaron el cuerpo sin vida de un hombre de, aproximadamente, 25 a 30 años de edad.

“Casi chocan con el cadáver. Estaba en medio de la calle”, comentó un vecino del sector, quien alertó a las autoridades policiales sobre el hallazgo. “No es de la zona. No reconocemos su cara”, comentó.

La víctima presentaba heridas producidas por el paso de proyectiles, en la región pectoral y en la cabeza. También tenía signos de ataduras en ambas manos.

Al lugar, acudió una comisión de la Brigada de Homicidios de la Delegación Municipal San Cristóbal del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), quienes levantaron el cuerpo y lo trasladaron a la morgue de San Cristóbal.

Ha transcurrido una semana desde que fue hallada la víctima y aún no ha sido identificada. Pobladores del lugar presumen que se trate de un integrante de la banda del Tren de Aragua que, posiblemente, fue asesinado por presuntos miembros de los grupos irregulares como el ELN, porque la zona del asesinato conduce a la frontera colombo venezolana, en la que opera esta megabanda.