Muere niño de 7 años que quedó en medio de balacera en El Valle
El pequeño fue herido de bala el pasado 8 de octubre. Fue sometido a entre 7 y 8 operaciones que buscaban restablecer su salud.
Samuel Abraham Zambrano Rico, de 7 años de edad, quería ser beisbolista profesional. “Decía que quería llegar a las Grandes Ligas para comprarle un castillo a su mamá, para que viviera como una princesa”, comentó un allegado del niño en la Morgue de Bello Monte. Pero mientras jugaba pelota en la calle, a inicios de octubre, recibió el impacto de tres disparos, cuando quedó en medio de la línea de fuego de un enfrentamiento entre presuntos delincuentes. Este viernes, 27 de octubre, murió.
El hecho sucedió en la Vereda 3 de la Calle del Medio del barrio San Antonio de la parroquia El Valle. A las 6:45 pm de ese domingo, 8 de octubre, un grupo de hombres supuestamente vinculados al microtráfico de drogas en la zona, fue a “cobrar una deuda” a un vecino.
“Al muchacho que fueron a buscar le dispararon, pero de inmediato se formó una balacera. Quienes vivían por allí les imploraban que pararan, que no dispararan más porque había niños en la calle. Pero ellos siguieron e hirieron a Samuel, que estaba jugando con sus hermanitos. Sus papás estaban cerca también”, relató un conocido.
Ensangrentado, con dos tiros en el abdomen y uno más en un brazo, el niño caminó varias decenas de metros hasta llegar a la casa donde estaban sus padres. Estos lo trasladaron al Hospital Periférico de Coche, pero debido a la ausencia de insumos y de un cirujano pediátrico, lo remitieron a otro centro de salud.
En las horas siguientes, el pequeño recorrió otras salas de emergencia: la del Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño y la del Hospital de Niños J. M de los Ríos. Finalmente, lo ingresaron en la Hospital Universitario de Caracas, donde lo intervinieron entre 7 y 8 veces para restablecer su estado. Allí se mantuvo en terapia intensiva hasta que murió el viernes, a las 6:35 pm.
“Los médicos le habían dicho a la familia que él probablemente no iba a soportar la primera operación. Pero, al final, resistió muchas más. Lo que lo mantenía con vida eran las ganas que tenían de vivir”, comentó un pariente del niño.
Una de las balas perforó el hígado y el estómago de Samuel, a quien debieron hacerle lavados internos cada dos días. Pero el viernes, después de comer, los médicos confirmaron que estaba aséptico y que los alimentos que había ingerido habían contaminado sus órganos. Un paro respiratorio acabó con su vida al final de la tarde.
Antes de resultar herido, el niño iba a comenzar su primer grado de Educación Básica. Era el más chico de tres hermanos, todos menores de edad.