“A mi hermano lo confundieron y lo masacraron como a un malandro”

A Henry Javier Campos lo asesinaron de ocho disparos, luego de observar cuando un par de asaltantes robaba a un militar vestido de civil, a pocos metros de la Iglesia Chiquinquirá de La Florida. Los familiares aseguran que lo confundieron con uno de los ladrones y por eso fue acribillado. Él laboraba en el hospital Vargas. Allí falleció, después de narrarle a su hermana lo ocurrido

NATALIA MATAMOROS @nmatamoros

A mi hermano lo confundieron. Pensaban que era un malandro y creo que por eso lo masacraron, pero era un hombre que se paraba temprano a trabajar para llevar el pan para la casa”. Estas fueron las palabras de Gabriela Rodríguez, hermana de Henry Javier Campos Hernández, de 25 años de edad. A él lo asesinaron, luego de ser testigo de un asalto, cuando se dirigía a su trabajo.

Él era vigilante en el hospital José María Vargas. Su hermana relata que todos los días a las 10:30 am salía del trabajo a buscar el almuerzo a casa de su tía que vive en La Florida. El miércoles como ya era una costumbre, fue a buscar la comida. “Mi mamá a veces no tenía comida para prepararle y por eso mi tía lo ayudaba. Cuando regresaba con su vianda, a pocos metros de la Iglesia Chiquinquirá de La Florida, observó cuando un par de hombres armados asaltó a un funcionario de la Guardia Nacional. El agente no portaba uniforme y tras ser víctima del robo. Persiguió a los ladrones. Se produjo un tiroteo. Henry corrió, pero fue alcanzado por los proyectiles. Recibió ocho disparos.”

Un grupo de transeúntes lo auxilió y lo trasladó al hospital José María Vargas. Sus compañeros de labores lo reconocieron e hicieron las gestiones para que lo atendieran de forma inmediata. Así fue, pese a las carencias de insumos y de personal lo asistieron. A su hermana Gabriela, que también trabaja en ese centro de salud, en el departamento de nutrición, le avisaron: “epa tu hermano está mal herido, baja a la emergencia cuanto antes”. Ella se encontraba elaborando un cronograma de citas médicas y acudió a averiguar lo que pasaba.

Al llegar a la emergencia vio a su hermano agonizando. El logró contarle lo sucedido y a los pocos minutos murió. No se sabe si él recibió los disparos del militar o de los asaltantes. “Lo único que se es que perdió la vida un inocente y en este tipo de hechos siempre paga el que no tiene que la culpa, el que estuvo en el momento y en el lugar equivocado”, expresó la mujer.

La víctima no solo trabajaba como funcionario de seguridad, también laboraba como camillero. “Él buscaba la forma de obtener más ingresos porque estaba consciente de que la situación es difícil. Ayudaba a mi mamá con los gastos de la casa. No era azote. En lugar de delinquir y ganarse la vida fácil, él prefería trabajar. Se levantaba temprano a cumplir su turno y al terminar también hacía guardias de camillero, a veces de redoblaba para llevar más dinero”.