“A mi hijo me lo mataron funcionarios por maldad”

LYSAURA FUENTES

En una vivienda de techo de zinc, de tres pisos, situada en la calle Bolívar de La Dolorita, al lado de la Farmacia Campo Elías, en Petare, municipio Sucre del estado Miranda, fue presuntamente ejecutado un joven de nombre Darren Brando Ávila Cañizalez, de 20 años de edad, a manos de funcionarios del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de la subdelegación El Llanito.

Ese martes 31 de octubre a las 6:30 de la mañana los vecinos de la zona fueron sorprendidos por 20 funcionarios vestidos de negro, algunos encapuchados, con armas largas, quienes llegaron directamente a una de las viviendas del sector, se trataba de la casa donde dormía Darren con su madre y padre, quien estaba en situación de discapacidad.

Los funcionarios destrozaron la puerta principal y subieron hasta el tercer piso de la propiedad. En el lugar sometieron a la familia del joven, obligándolos a salir del sitio, una acción que se le dificultaba al padre de Darren, debido a que estaba en silla de rueda. “Los funcionarios me dijeron que saliera del cuarto porque si no me iban a lanzar de las escaleras, pensaban hacerlo, hasta que uno de ellos me cargó y me bajaron, mi muchacho quedó solo en el cuarto y luego se escucharon los disparos”, contó Miguel Ramón Ávila, padre del joven.

Cañizalez había recibido dos tiros, uno en el estómago y otro en el pecho. Murió en el lugar. Los uniformados se quedaron en el sitio hasta las 10:00 de la mañana de ese día. “Nosotros no pudimos entrar al cuarto a verlo, nos tenían encerrados en una de las habitaciones de la planta baja de la casa. Yo no supe que habían matado a mi hijo sino luego de dos horas. Me mataron a mi hijo por maldad, porque los mismos que lo hicieron yo los conocía cuando iba a llevarle la comida a mi hijo tras estar preso en el Cicpc de El Llanito”, dijo en llanto Carmen Cañizalez, madre del fallecido.

Darren estudiaba parasistema en el colegio Julio Garmendia en Petare. Estuvo preso un año y dos meses en el Cicpc de El Llanito al ser acusado de cómplice de un homicidio, luego salió tras cumplir una labor social en el colegio Germán Ubaldo Lira de La Dolorita.

El joven, según contaron allegados, era aficionado al fútbol. “Él era un muchacho muy bueno en el fútbol. Nosotros lo habíamos rescatado”, señaló José Infante, vecino del fallecido.

En cuanto a la versión de los funcionarios ellos alegaron que Darren había muerto tras enfrentarse, que estaba solicitado y que era miembro de una banda.

Según un conteo del proyecto Monitor de Víctimas 246 muertes se registraron a manos de cuerpos de seguridad entre los meses de mayo y septiembre de 2017.