A un año de la muerte de su hijo madre espera que hagan justicia
A José Daniel Bruzual Pulido lo mató una comisión de las FAES en su casa del callejón Rondón de Santa Rosalía la mañana del 22 de agosto de 2017 y aún el expediente del caso no ha llegado a la Fiscalía 127º
Elibeth Pulido tiene un año esperando que se haga justicia en la muerte de su hijo, José Daniel Bruzual Pulido, pero hasta ahora sus esperanzas parecen desvanecerse puesto que el expediente ni siquiera ha llegado a manos del fiscal 127º, Yendry Hernández designado en la investigación.
Pulido presume que no existe expediente relacionado con ese homicidio ocurrido la mañana del 22 de agosto de 2017.
Recuerda que ese día salió muy temprano a trabajar mientras que José Daniel, quien era electricista, se quedó en la vivienda con sus dos hijos, de 4 y 2 años de edad. Ambos quedaron a su cargo luego de la separación de la madre de los niños.
Desde que ocurrió el homicidio Pulido ha estado pendiente del avance de la investigación pero aparentemente ésta estaría como el primer día. En vista de que todo parece haber quedado en el olvido para las autoridades envió una comunicación al fiscal 127º pidiéndole que adelante la pesquisa y se practiquen las diligencias inherentes para determinar la identidad de los autores del homicidio cometido en su casa del callejón Rondón de Santa Rosalía, en La Bandera.
De acuerdo a lo que ella pudo observar cuando regresó a su domicilio una vez que los vecinos la llamaron porque en la vivienda se escuchaban disparos y el llanto de sus dos nietos, los autores de la muerte del segundo de sus tres hijos fueron funcionarios de las FAES de PNB, los hombres vestían de civil, llevaban chalecos antibalas color negro y llegaron en unidades policiales.
“A un año de ocurrido no han detenido a los responsables y el tiempo transcurrido juega en contra de la obtención de oportuna justicia”, señala un párrafo de la comunicación dirigida al fiscal.
Pulido además acudió a la Defensoría del Pueblo a plantear su situación y en ese despacho, le manifestaron que sin expediente no podían hacer nada. Por eso ella se pregunta “porqué no hay expediente a un año de lo ocurrido”.
Ahora recuerda que cuando ese día retornó a su casa los policías no le permitieron entrar. Ya el cadáver de su hijo, de 25 años de edad, se lo habían llevado envuelto en una sábana.
La muerte del hijo de Pulido ocurrió la mañana del 22 de agosto, en la madrugada de ese día las FAES habían ultimado, en supuestos enfrentamientos, a tres hombres y dos mujeres los presuntos responsables del secuestro de la esposa del coronel de la GNB, Alirio Cruz Ortega, que fue liberada a las 6:00 am. Había sido plagiada la noche anterior en su camioneta Ford Escape en El Cementerio.
Mediante rastreo telefónico la policía científica logró la ubicación de los presuntos implicados y hasta allá llegaron las comisiones de las FAES
Dos de los implicados fallecieron en un tiroteo en una casa del barrio Bruzual de El Valle y las mujeres murieron en una vivienda del barrio San Antonio de la misma parroquia.
Los vecinos le contaron a Pulido que cuando las Fuerzas Armadas Especiales de PNB llegaron al callejón Rondón, José Daniel estaba asomado al balcón y los policías le pidieron que bajara y él se negó por lo que los hombres entraron a la vivienda, lo sometieron y lo golpearon.
Al niño de 4 años lo interrogaron y le preguntaron donde guardaban la pistola de su papá. El pequeño subió con los policías al segundo piso y pensando que se referían al arma de fuego de la pareja de su abuela, que es escolta, les mostró la parte alta del escaparate.
A esa hora el guardaespaldas estaba trabajando y se había llevado el arma de fuego. Sin embargo a José Daniel lo obligaron a arrodillarse y le hicieron el disparo. Luego los policías simularon el enfrentamiento haciendo disparos en las paredes de la casa.
Pulido indicó que mientras eso ocurría a su nieto menor lo encerraron en un cuarto y le pusieron el televisor a todo volumen para que no escuchara lo que ocurría.
Al hijo mayor de José Daniel lo sacaron de la residencia y obligatoriamente tuvo que ver el cadáver de su papá lo cual lo afectó porque ahora se asusta y llora cuando oye ruidos o cuando ve policías.
Elibeth Pulido se pregunta porque a su hijo lo implicaron en ese secuestro cuando su vivienda está ubicada muy distante de los dos sectores de El Valle donde hubo los enfrentamientos con las cuatro personas que presuntamente implicadas en el plagio.
Expresó que es difícil pensar que José Daniel hubiese dejado solos a sus dos hijos en la casa para participar en un plagio sin tomar en cuenta el riesgo que corrían los pequeños.
A todo lo ocurrido se agrega que los funcionarios policiales cargaron con comida, pertenencias y dinero en efectivo de la familia.