Búsqueda de los homicidas de dos PNB ha dejado cinco ejecuciones en Lara

Parientes de las víctimas, que coincidieron en la morgue, aseguraron que los fallecidos ni siquiera se conocían y que en ningún caso murieron en medio de enfrentamientos, sino que los ejecutaron. Otras tres personas fueron ejecutadas en Yaracuy

 

El oficial Luis Alberto Linares Arape, de 28 años de edad, y el supervisor jefe Jorge Sánchez, de 49 años, fueron asesinados en una emboscada la tarde del pasado 19 de enero en el sector El Potrero, parroquia Tamaca, en la zona norte de Barquisimeto, estado Lara. Tras ese doble homicidio se han registrado ocho ejecuciones, cinco en Lara y tres en el vecino estado de Yaracuy.

 

Luego de la muerte de ambos hombres un grupo de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) se desplegaron por la zona y comenzó “la masacre”, como lo describieron los familiares de las víctimas. Las señaladas ejecuciones ocurrieron en los referidos estados del país debido a que la zona en donde asesinaron a los policías es límite con Yaritagua, sector que le pertenece a Yaracuy.

 

De los cinco hombres ajusticiados en Lara por funcionarios de la PNB, uno era barbero, otro era reciclador de cartones, el tercero era trabajador del cementerio de Tamaca y los otros dos eran vendedores de hortalizas.

 

A los cinco los vincularon con la muerte de los oficiales, pero sus familiares negaron esa versión y aseguraron que no murieron en medio de enfrentamientos con la policía, sino que los uniformados los sacaron de sus casas y los asesinaron.

 

 

Así mataron a los dos funcionarios

 

Los dos funcionarios que fueron asesinados pertenecían a la PNB y estaban adscritos al puesto Alí Primera, ubicado en la zona norte de la capital larense. La tarde del crimen ambos habían salido en una moto que era conducida por Luis Alberto. Iban en la vía cuando ocurrió la emboscada.

 

Se supo que eran cuatro los delincuentes que iban a bordo de una camioneta Hilux, color blanco. Tres de ellos, que usaban prendas alusivas a las FAES, se bajaron portando armas largas y dispararon contra Luis Alberto y Jorge. Luego procedieron a robarse las armas de reglamento de las víctimas.

 

 

El reciclador

 

Es mismo día, a las 3:30 pm, cuatro funcionarios de las FAES llegaron a la casa de José Luis Jiménez, ubicada en la carrera 22, entre calles 9 y 10, en Barquisimeto. Se trataba del reciclador de cartones.

 

El hombre acaba de llegar con su esposa, que está en embarazo, del Barrio Unión, donde vendía su reciclaje. Según las primeras versiones, cuando estaba en el porche de su vivienda vio que los policías trataban de ingresar y les preguntó qué pasaba.

 

De inmediato los funcionarios le habrían dicho que alzara las manos y lo apuntaron, para luego terminar de entrar a la casa.  “Agarraron a su hermano menor, que vive al lado de la casa. Escuché cuando les decían que sonrieran para la foto. Les estaban tomando fotografías, no sabemos para qué”, comentó un testigo.

 

Según este mismo relato, uno de los funcionarios revisó su celular y dijo “¿quién es José Luis?”. El hoy occiso se identificó, le pidieron que se cambiara de ropa y se lo llevaron. Los uniformados dijeron que lo fueran a buscar a la sede de las FAES y desde ese momento no supieron más de él.

 

A José Luis se lo llevaron al sector Corderito, ubicado al norte de Barquisimeto, a unos 27 kilómetros de su casa. Fue allí donde lo asesinaron de un disparo en el tórax. Según    el reporte policial se trató de un enfrentamiento. La familia de la víctima negó la veracidad de esta versión.

 

 

El que vendía hortalizas

 

Ese mismo martes 19 de enero se llevaron a Enderson Alirio Jiménez del mercado popular Terepaima, ubicado en la avenida Venezuela, también en Barquisimeto. Un grupo de funcionarios lo obligó a montarse en un carro y se lo llevó con rumbo desconocido. Un pariente del hombre lo vio todo.

 

“Cómo van a decir que fue un enfrentamiento y el tiro lo tiene en el corazón. Esos policías no tienen compasión, a él lo mataron solo por tener antecedentes penales, pero ese muchacho no era capaz de matar a nadie. Que busquen a los verdaderos culpables”, aseveró un familiar de Enderson.

 

Personas cercanas a la víctima relataron que al muchacho lo obligaron a posar con una pistola para tomarle una foto. La imagen habría comenzado a rodar por redes sociales, donde lo señalaban como el responsable de la muerte de los PNB.

 

 

Los otros tres asesinados por la policía

 

A Geober Naicel Salcedo, de 28 años de edad, también lo sacó un grupo de funcionarios de su casa, ubicada en La Ruezga Sur. Los hechos ocurrieron el pasado miércoles 20 de enero en la madrugada. Al hombre no lo mataron allí, se lo llevaron hasta Cabudare, municipio Palavecino, y aunque en el reporte policial apuntaron que se trató de un caso de resistencia a la autoridad, su familia refutó la versión.

 

La misma denuncia se verificó en los asesinatos de Jesús María Vivas, de 41 años de edad, y Carlos Alberto Medina. En ambos casos los parientes de los ahora occisos aseguraron que no hubo enfrentamiento.

 

Los parientes de las cinco víctimas, que no tenían relación entre ellas, se conocieron en la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, adonde acudieron a retirar los cadáveres de sus seres queridos. Entre ellos contaron lo ocurrido, fue entonces cuando se percataron de que las historias tenían concordancia.