FAES mata a exrecluso horas antes de viajar a Colombia
En una semana cuerpos de seguridad de Lara asesinaron a once hombres, en diferentes sectores del estado
Walter Javier Carrasco y su madre tenían todo preparado para irse a Colombia, pero el 13 de agosto, horas antes del viaje, el joven de 30 años de edad fue asesinado por funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), en el barrio 24 de Julio, ubicado en la zona oeste del municipio Iribarren del estado Lara.
A las 7:00 pm, al barrio Bolívar donde residía Walter con sus familiares, llegaron miembros de las FAES a bordo de un carro Chery Orinoco gris, tumbaron la puerta de la entrada principal y se metieron a la vivienda.
Los testigos del hecho contaron que Walter, al notar que eran policías, salió corriendo hasta el patio de la casa y saltó paredes para tratar de huir. “Las FAES no meten preso, las FAES matan”, dijo un familiar del joven.
“Me decían maldita y otras palabras obscenas. Uno de ellos me dijo que venían en busca de un delincuente apodado El Ratón y que lo matarían por ser un asesino”, relató un pariente de la víctima.
Los funcionarios se fueron detrás de Walter y se metieron arbitrariamente a varias viviendas de la zona. Algunos vecinos relataron que, cuando escucharon los gritos, salieron a ver qué estaba pasando, pero fueron amenazados por el grupo élite de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
“A él lo atraparon y lo montaron en la maletera del carro en el que se trasladaban y casi de inmediato se escuchó una detonación, como un disparo y se fueron. Todos pensamos que fue así como lo mataron”, relató uno de los testigos del hecho.
Según la versión de las FAES, Walter se enfrentó a la comisión en el barrio 24 de Julio, comunidad aledaña al barrio Bolívar.
Los familiares de Walter no supieron más nada de él esa noche. Pensaron que se había librado de los funcionarios, pero no, el viernes a las 9:00 am, la madre recibió una llamada donde le dijeron que estaba muerto.
La progenitora contó que ellos tenían planeado irse el viernes en la madrugada para Colombia. “Estaba dispuesta a caminar con tal de sacar a mi hijo del país”, reveló.
Walter fue condenado a nueve años de prisión por el delito de robo de vehículos, de los cuales pagó seis en un calabozo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que se encuentra en la avenida Libertador de Barquisimeto.
En junio fue trasladado hasta la Comunidad Penitenciaria Fénix-Lara, pero una semana después la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, le otorgó la libertad mediante el régimen de confianza tutelado.
La mamá de Walter sentía temor de que le pasara algo al muchacho. “Él se quería regenerar”, pero algunos residentes lo señalaban por ser un expresidiario, manifestó.
Los planes de viajar a Colombia comenzaron cuando ella escuchó que en el barrio Bolívar estaban buscando a un hombre que había matado a un joven para robarle el celular. Un allegado a la víctima comentó que se había mencionado el nombre de Walter.
“Las FAES no fue creado para investigar homicidios. ¿Cómo es que sabían que, supuestamente, Walter era el responsable?, es el CICPC el que investiga. Ellos buscaban a un tal Ratón, pero mi hijo no se apodaba así”, dijo la madre de la víctima.
Funcionarios de las FAES y CICPC mataron a once hombres en los municipios Iribarren y Morán de la región larense, entre el 10 y 15 de agosto.
El mismo día que asesinaron a Walter, murió Carlos Alberto Suárez Parra, de 36 años de edad, quien se encontraba en su casa situada en el caserío Pueblo Nuevo de El Tocuyo, municipio Morán del estado Lara, cuando funcionarios de la Base de Inteligencia Territorial (BTI) de las FAES llegaron tumbando puertas y amenazando a las personas que allí estaban.
Esa madrugada, alrededor de siete funcionarios, le ordenaron a Carlos que se vistiera y luego lo sacaron de la casa con rumbo desconocido.
Dos horas después, un conocido los llamó para avisarles que el cuerpo de Carlos estaba en el hospital de El Tocuyo y que había recibido un disparo en el pecho. Los funcionarios alegaron en el centro asistencial que se trató de un enfrentamiento.
Carlos estuvo preso en el Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como Uribana por cinco años y en el año 2019 salió con libertad plena. Allegados a la familia contaron que, luego de salir de la cárcel, comenzó a sembrar papas para ganar dinero y mantener a sus cuatro hijos.
Carlos se convirtió en el segundo exrecluso que muere en manos de las FAES, durante la semana.
Los otros diez muertos fueron: Silvestre Rafael Rodríguez Piña, de 30 años de edad, y Romel Antonio Valera Campis, de 25 años de edad, quienes fueron ejecutados por integrantes de la BTI; Jhon Douglas Daza Rodríguez, de 22 años de edad, quien murió en supuesto enfrentamiento con miembros del Eje de Vehículos del CICPC; mientras que las FAES mataron a Robinson Alexander Escudero, de 26 años de edad; Daiver Antonio Pérez Pineda, de 23 años de edad; Jhon Javier Hernández; Eudee Jesús Hernández; Roberto Antonio Galíndez; y Jesús Eduardo Vargas Mosquera, de 36 años de edad.