Migrante fue asesinado por las FAES una semana después de salir del refugio
Una comisión del cuerpo élite de la PNB detuvo a Yender Arrieche en la casa de sus padres y seis horas más tarde reportó la muerte del joven en un presunto enfrentamiento
Hace seis meses, Yender Javier Arrieche Mujica decidió migrar a Colombia. Tenía pocos días de haber salido de la cárcel con régimen de presentación por robo y tráfico de estupefacientes.
En el país vecino alcanzó a subsistir como vendedor ambulante así que, cuando entró la cuarentena por la pandemia de la COVID-19, y no teniendo ingresos económicos, decidió regresar.
Ya en Venezuela, cumplió la cuarentena en dos refugios y un Centro Diagnóstico Integral (CDI), hasta que al salir negativo a la prueba, pudo reunirse con su familia.
Se residenció en casa de sus padres, en el barrio La Victoria de Barquisimeto, donde, una comisión de la Base Territorial de Inteligencia (BTI) de las FAES, irrumpió el lunes 25 de mayo, a las 4:00 am, y se lo llevó detenido.
Seis horas más tarde, a través de una nota de prensa, el cuerpo policial reportó su muerte en un presunto enfrentamiento en el barrio Santos Luzardo de la capital del estado Lara.
“A él lo sacaron vivo de su casa. Los funcionarios saltaron la pared, levantaron a sus hermanos menores y a sus padres, y los metieron en un cuarto. Yender apenas tuvo tiempo de pedirle la bendición a su papá. Los funcionarios dijeron que iban al comando de la calle 48, pero nosotros no teníamos cómo ir. Después nos avisaron que había un muerto en el barrio Santos Luzardo, caminamos hasta allá y, aunque no nos dejaban pasar para reconocerlo, logramos ver que no era él”, relató una tía de la víctima.
Entonces, sus allegados se trasladaron hasta la morgue del hospital central Antonio María Pineda y encontraron el cuerpo de Arrieche con dos disparos en el pecho y uno en el abdomen.
La familia negó la versión del enfrentamiento y aseguró que el joven no portaba el arma ni las municiones supuestamente incautadas en el procedimiento. Igualmente descartaron que lo llamaran “el virolo”, como lo indica la minuta policial.
“Él no era el cabecilla de ninguna banda, se estaba reinsertando en la sociedad”, aclaró su tía.
Fue asesinado dos días antes de cumplir 27 años de edad y a punto de conocer su quinto hijo pues su pareja está a semanas de dar a luz.
Allegados denunciaron que las FAES se llevaron las cédulas de identidad de su padre y su hermano menor, por lo que temen otra incursión policial en la vivienda.
“Nosotros somos cristianos, somos gente humilde que a duras penas sobrevivimos. Queremos justicia porque no solamente fue mi familia, ya son muchas familias venezolanas que estamos padeciendo esto. El único que tiene derecho a quitarnos la vida es Dios”, agregó la tía, quien pidió la disolución de las FAES por sus actuaciones letales.