Señalan al Cicpc de presuntas ejecuciones extrajudiciales por venganzas personales
Lorena Meléndez G. @loremelendez | Fotografía Carlos Ramírez
Las muertes de Alexis Enrique Rodríguez Polo, de 23 años, y de Álvaro José Vega Parra, de 18 años, ocurrieron en paralelo y en manos de la misma institución policial: el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Pero eso no es lo único que sus casos tienen en común. Ambos también fueron, de acuerdo con los testimonios de familiares y allegados, víctimas de presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas por venganzas personales de funcionarios activos y retirados.
A las 4:00 pm del lunes 16 de julio de 2018, una decena de uniformados llegó a una vivienda de tres plantas del sector El Ciprés de Las Adjuntas, en el municipio Libertador del Distrito Capital. Allí residía Rodríguez Polo, un joven que durante cinco años y cuatro había estado en la cárcel por posesión de droga. Tenía cinco meses de haber salido en libertad plena.
Pero en ese período fuera de las rejas, Rodríguez Polo tuvo una discusión que le costó un balazo en el pie derecho. Según sus parientes, quien lo hirió fue un ex funcionario del Cicpc que es conocido por el apodo de “Pan con huevo”. El altercado se produjo porque el otrora policía habría matado a un amigo de Rodríguez Polo y este le reclamó. La respuesta fue un disparo.
Rodríguez Polo, que estaba desempleado desde que había salido de la cárcel, se refugió en la vivienda de una tía en Las Adjuntas, que durante la tarde del lunes pasado fue rodeada por funcionarios que vestían de negro. Entre estos estaba “Pan con huevo”. Pese a que ya no pertenecía al cuerpo de seguridad, había entrado con ropa oscura y una capucha. Suponen que lo que buscaba era deshacerse de la víctima antes de que este quisiera cobrar venganza por el tiro que le había dado hace un mes.
De acuerdo con el relato de los familiares, los uniformados desalojaron a todos los habitantes de la casa, incluyendo a un tío de Rodríguez Polo que estaba en el tercer nivel. “Le dijeron que si no se salía, iba a terminar como Alexis”, contó un allegado en la morgue de Bello Monte.
La víctima se quedó sola en la casa con los policías. Lo llevaron hasta la sala, donde varias veces explicó que no estaba haciendo nada malo y que todavía se recuperaba de la herida. En ese momento, el supuesto victimario se quitó la capucha. “Tía, es ‘Pan con huevo’. Me va a matar”, gritó Rodríguez Polo desde el interior de la casa. Poco después se escucharon varios disparos. El joven cayó con dos impactos en el pecho.
Familiares del muchacho aseguraron que él no estaba armado y que los Cicpc simularon un enfrentamiento al disparar hacia las paredes de la casa. “A él, después de muerto, le hicieron empuñar un arma con la mano derecha, a pesar de que no tenía dedo pulgar y de que tampoco podía mover el dedo del medio”, comentó un pariente. El cuerpo, ya sin vida, fue trasladado por los policías hasta el Hospital Dr. Miguel Pérez Carreño.
Mientras esto sucedía en Las Adjuntas, otra comisión del Cicpc ingresaba a la fuerza en la casa de Álvaro José Vegas Parra, en la Primera Etapa de las Residencias Cacique Tiuna, ubicada en las adyacencias del Poliedro de Caracas, al oeste de la capital venezolana. La puerta la forzaron con una ‘pata de cabra’ (barra metálica). Cuando los habitantes lo advirtieron, ya los policías estaban adentro. A casi todos los sacaron de la vivienda.
A Vegas Parra lo acorralaron en su habitación. Allí estaba junto a su hermana, que es una joven con síndrome de Down, y un sobrino de 1 año. “Ella se aferró a Álvaro y, como no lo quería soltar, los policías comenzaron a apuñalarlo con un cuchillo que ellos mismos habían llevado”, contó un familiar. A la muchacha, al final, la sacaron del cuarto al tomarla por el cabello. Tras esto, y a pesar de que ya estaba muerto, le dispararon al joven en el pecho. El bebé aún estaba adentro.
En este caso, los funcionarios también simularon un enfrentamiento. Dispararon a las paredes de la casa y tumbaron algunas a mandarriazos. “Los vecinos escuchaban unos martillazos y eran ellos que nos estaban destruyendo todo. Se llevaron teléfonos y cargadores”, denunció un familiar, quien acotó que el cuerpo del muchacho fue llevado por los mismos policías hasta el Hospital Periférico de Coche y arribó con apenas una franelilla y boxers. “Él tenía unos zapatos nuevos y un bluejeans, pero todo eso se lo quitaron”, afirmó.
Los parientes relacionan el hecho con un altercado que Vegas Parra había tenido con el sobrino de un Cicpc cerca de su casa en Carnaval. “Pelearon por una tángana. Se estaban lanzando spray y terminaron agarrándose a golpes. Álvaro, para defenderse, le rajó la cara con una chapa”, relató un allegado.
La lesión le valió a Vegas Parra su detención y reclusión durante 45 días en los calabozos de la sede del Cicpc de Coche. Un día, cuando su madre fue a visitarlo, vio que allí estaba el joven que Álvaro había herido. “Él le dijo que mejor sacara a su hijo del país porque sino lo iba a matar. Y así pasó”, dijo un familiar.
La víctima era estudiante de parasistema y cursaba 4to año de bachillerato, al tiempo que trabajaba en la Misión Chamba Juvenil.
Los parientes de Keiver Luis Ruiz arribaron la mañana de este miércoles, 18 de julio, a la morgue de Bello Monte para buscar su cadáver. Un día antes les habían avisado que su cuerpo estaba allí y que había sido llevado sin identificación luego de un enfrentamiento con el Cicpc en la avenida Sucre de Catia, al oeste de Caracas.
El homicidio de Ruiz sucedió una semana antes, el miércoles 11 de julio. Murió en un supuesto tiroteo con los funcionarios policiales. Sin embargo, los parientes aseguran que él no tenía antecedentes penales, sino que trabajaba como vendedor ambulante de café en el Hospital Militar.
La última vez que los familiares supieron de Ruiz fue la tarde del martes 10 de julio, cuando habló con su abuela. “Él andaba con una novia y por eso no lo habíamos buscado antes”, comentó un allegado.
Cifras recolectadas por Monitor de Víctimas señalan que durante los primeros 6 meses de 2018, 306 personas han muerto en el Área Metropolitana de Caracas en manos de los cuerpos policiales. De estas, 114 (que representan 37 % del total) cayeron en operativos del Cicpc. Al menos 66 ejecuciones extrajudiciales han sido cometidas por funcionarios de esta institución en el primer semestre del año.
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