Casas de Petare son escudos para los delincuentes durante los enfrentamientos entre bandas
Tras seis días de tiroteos con armas de guerra y explosiones de granadas, los vecinos del barrio José Félix Ribas han optado por sacar de sus viviendas a los niños y llevarlos con otros familiares, por miedo a que entren balas perdidas a sus casas. Las bandas del Wileisy y el Gusano también han atemorizado a habitantes de zonas aledañas, como Palo Verde, Lomas del Ávila y La Urbina
“Mamá, ¿ya hay que apagar la luz? ¿Ya tenemos que lanzarnos al piso?”. Cuando comienza a oscurecer los hijos de Ana tienen miedo. Los últimos dos días han tenido que dormir en el piso, porque desde la noche hasta la madrugada se oyen detonaciones de armas de alto calibre y explosiones en Petare y zonas aledañas.
Ana vive en la zona 9 de José Félix Ribas, justo en la línea de fuego de la megabanda del Wileisy y la banda del Gusano. Este sector es frontera con Las Brisas de La Bombilla y El Plan.
Desde el jueves 30 de abril ambos grupos delictivos se han enfrentado por el control de la zona, sin registrarse muertos ni heridos. La casa de Ana, y la de sus vecinos, ha servido de escudo para estos hombres que usan armas de alto calibre y granadas, según describen los propios afectados. Incluso los delincuentes se han montado en platabandas de las viviendas al enfrentarse.
La tarde de este lunes 4 de mayo se oyeron detonaciones a partir de las 6:30 pm y pasadas las 8:00 pm se originó un cacerolazo. Aunque no está confirmado, vecinos presumen que podría ser en apoyo al Wileisy, tras seis días de balaceras.
En la casa de Ana viven seis niños, el mayor tiene 12 años de edad y el menor seis meses de nacido. Durante los enfrentamientos lloran atemorizados, mientras los adultos los resguardan en el cuarto que creen es el más seguro; ahí ponen los colchones en el piso para que puedan dormir. Desde el sábado 2 de mayo no levantan el colchón, porque los tiroteos comienzan aproximadamente a las 5:00 pm y terminan en la madrugada.
“A mis dos sobrinos los tuvieron que llevar a casa de un familiar en La California porque entraron en crisis. El sábado le dio fiebre a uno de ellos. En la casa donde están resguardados ahora les cuesta dormir, están traumatizados como todos los niños en la casa por los tiroteos”, contó.
Fuentes extraoficiales contaron que la megabanda de Wilexis Alexander Acevedo Monasterios, conocido como el Wileisy, tiene el control del barrio José Félix Ribas, específicamente de las zonas 5 hasta la 9. Algunos vecinos lo apoyan porque regala juguetes en el barrio y no permite que se comentan delitos, quien lo haga es ajusticiado. “Podemos estar con nuestros celulares grandísimos en la calle”, dijo una habitante a Crónica.Uno.
En junio y octubre de 2019 los habitantes de José Félix Ribas, en el municipio Sucre, protestaron en contra de los operativos de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y extraoficialmente se conoció que los manifestantes fueron enviados por el Wileisy.
Se presume que hay intereses políticos en quitarle el control al Wileisy. Una de las versiones, no confirmadas oficialmente, es que figuras políticas están armando a alias el Gusano y su banda para que saquen a la banda rival, pues apoyó las protestas en contra del gobierno de Nicolás Maduro.
El 23 de enero de 2019 hubo una manifestación que fue disuelta por las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) y Polisucre. Esa noche asesinaron a Yoendry Fernández y a Jhonny Marcano, presuntamente miembros de la megabanda del Wileisy.
Luis Izquiel, abogado penalista y criminólogo, explicó que una de las características de las megabandas es que tengan en sus filas a más de 100 hombres, controlen gran zona territorial, posean armas de guerra y tengan estructuras jerárquicas definidas. El liderazgo les permite tener el poder del tráfico de drogas y cometer otros delitos, como la extorsión, el robo de vehículos y secuestros.
El armamento de guerra es de uso exclusivo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), según el artículo 324 de la Constitución Nacional. Izquiel explicó que si estas armas se perdieron de los cuarteles debe abrirse una investigación. Otra opción para explicar el arsenal que tienen estas megabandas es que entren por la frontera, que también custodian funcionarios del Estado.
“Hay silencio oficial. No explican por qué estos delincuentes tienen este armamento de guerra, la FANB tiene que explicar por qué esos delincuentes tienen armas que deberían estar en los cuarteles”.
Delincuentes imponen toque de queda
En marzo iniciaron los enfrentamientos esporádicos entre estas bandas rivales, antes de que Nicolás Maduro decretara cuarentena nacional por los casos de COVID-19. Pero se incrementaron la última semana de abril, el sábado 2 y el domingo 3 de mayo fue el tiroteo más intenso para los vecinos.
La última semana de abril impusieron toque de queda. El fin de semana comenzó a las 4:00 pm y este lunes 4 de mayo a la 1:00 pm. Un familiar de Ana que salía a trabajar fue devuelto a su casa por uno de los delincuentes.
A la 1:00 pm de este lunes ya los “gariteros” estaban en posición. Los vecinos llaman así a los jóvenes que vigilan desde las platabandas de viviendas que no se acerquen los enemigos. Y cuando los ven, avisan a los miembros de su grupo para que abran fuego.
Marisol, una habitante de Petare, detalló que sus vecinos comienzan a rodar la voz del toque de queda. Para ella no hace falta que un delincuente la mande para su casa, porque no se atreve a salir por miedo a que se arme un tiroteo.
“Nosotros mismos ya nos quedamos en la casa por el terror que tenemos. Hoy las bodegas cerraron temprano, siempre cierran a las 6:00 pm y antes de las 2:00 pm ya habían cerrado”.
Vecinos de La Bombilla, Julián Blanco y el sector conocido como las Fechas Patrias también están atemorizados por los tiroteos.
Balas perdidas en urbanizaciones aledañas
“Las detonaciones son como de una película de guerra, se oyen unos estruendos horribles, dormir así es una zozobra”, contó una vecina de Palo Verde, quien por seguridad no quiso identificarse.
Desde que se incrementaron los enfrentamientos en Petare, la última semana de abril, quienes residen en urbanizaciones cercanas, como Lomas del Ávila, Palo Verde, El Llanito y La Urbina, oyen la balacera sin saber realmente qué pasa y a qué se deben tantos tiros.
Según el relato de una vecina a Efecto Cocuyo, el sábado una bala perdida impactó en el balcón de un apartamento de Lomas del Ávila. Algunos residentes optaron por resguardarse en los pasillos hasta que cesara el fuego.
En la avenida principal de La Urbina también impactó una bala perdida en el salón de fiestas de un edificio. “No dormimos bien, el tiroteo se detiene por dos o tres minutos y luego comienzan las ráfagas nuevamente. Es desesperante, se oyen golpes secos, explosiones, ráfagas”, contó una vecina.
Emilio habita hacia las Fechas Patrias de Petare, donde también se han registrado los enfrentamientos. Explicó que los delincuentes corren por los callejones y terminan enfrentándose por varios sectores, exponiendo a todos los habitantes del barrio.
“No hemos podido dormir bien, anoche (domingo) terminé durmiendo casi a las 4:00 am porque la balacera fue muy fuerte”.
Agregó que sus vecinos han dormido en el baño o debajo de las camas, por miedo a que una bala perdida los mate.
Zonas de paz, ahora en Petare
Aunque no hubo decreto oficial, las zonas de paz son sectores donde los funcionarios policiales no pueden ingresar. En Caracas, la Cota 905 y el 23 de Enero son las más conocidas, los policías aseguraban de manera extraoficial que no podían ingresar.
Posteriormente, el dominio se extendió a El Valle y El Cementerio, barrios que colindan con la Cota 905, donde el control lo tiene un hombre apodado el Coqui, líder de una megabanda que abarca estos tres sectores.
Petare no estaba en la mira de investigadores como zona de paz, sin embargo, los recientes enfrentamientos entre bandas, sin que funcionarios policiales intervengan, les llama la atención.
Las zonas de paz surgieron en el contexto del Plan Patria Segura y del Movimiento por la Paz y la Vida en el año 2013. Consistía en darles ayudas sociales a los delincuentes en los sectores populares a cambio de que entregaran sus armas.
El abogado criminalista Fermín Mármol García ha explicado a Crónica.Uno que estas bandas se sentaron en la misma mesa con figuras del gobierno, como el exviceministro de Seguridad Ciudadana José Vicente Rangel Ávalos, y esto favoreció su consolidación.
Actualmente, Rangel Ávalos es alcalde del municipio Sucre y no se ha pronunciado por los días de tiroteo que han vivido los vecinos. Tampoco el gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez.
La ONG Cecodap exigió al Estado el respeto de los derechos humanos y desarrollar acciones inmediatas para la protección de los niños y niñas que viven en Petare, luego de que se difundiera un video donde se ve a miembros de las bandas caminar con armas largas frente a un grupo de menores de edad.