Asesinaron a panadero porque se negó a pagar vacuna a delincuentes
José Manuel Castaño, de 38 años, recibió dos tiros la mañana del miércoles 22 de mayo en El Junquito. Los involucrados le exigieron dos sacos de harina que él utilizaba en su emprendimiento
A José Manuel Castaño Acevedo lo asesinaron porque no quiso pagarle una vacuna a delincuentes del barrio. Los hombres le exigían dos sacos de harina a cambio de no quitarle la vida y él se negó a entregar su mercancía.
El miércoles 22 de mayo a las 10:00 am fue cuando cumplieron su amenaza de asesinarlo. Un vecino lo llevó en su carro hasta el hospital Pérez de León, donde murió; ingresó con una herida por arma de fuego en la cara y otra en la espalda.
José Manuel, de 38 años, tenía una panadería en la parte de atrás de su casa. Tenía cuatro años con su emprendimiento, en el sector Loma Andina del kilómetro tres de El Junquito.
La noche del martes 21 mayo le llegó la harina a su pequeño negocio y los hombres que lo tenían amenazado se enteraron. Fuentes policiales indicaron que los presuntos delincuentes son conocidos como Dany y Wilfred. Estos hombres también amenazaron a los vecinos de José Manuel para evitar que denunciaran ante el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Los funcionarios ingresaron al barrio la noche del miércoles pero no localizaron a los delincuentes.
La víctima tenía seis hijos, todos menores de edad. Vivía en esa zona con su pareja, con quien no tenía niños.
La madrugada del domingo 19 de mayo asesinaron a Yubel José Montiel, de 46 años. Le pegaron con un bloque en la cabeza. Luego lo arrojaron a un barranco en el callejón Venezuela de Los Frailes de Catia y le avisaron a su familia que «se había caído».
Sus parientes se enteraron el lunes, cuando ya se encontraba en el hospital Pérez Carreño, donde falleció al día siguiente por fractura de cráneo. Al parecer la víctima estaba en esa vivienda, que queda a pocas casas de la suya, en compañía de varios conocidos.
Contaron que el responsable del crimen se encuentra prófugo. Yubel era de Villa del Rosario, estado Zulia, y tenía seis años viviendo en Caracas, luego de retirarse de la Policía municipal de Maracaibo. Trabajaba en un taller de costura en Gato Negro y dejó huérfanos a cinco hijos.
“Se vino a Caracas para buscar trabajo y le mandaba dinero a los hijos. Aquí vivía con unos amigos”, dijo un pariente.