Decapitan a dos hermanos en La bendición de Dios de Puerto Ordaz
Los cuerpos sin cabezas de Anderson y Mayerlin Jaramillo (de 22 y de 18 años, respectivamente) estaban en la misma invasión en donde en marzo hallaron el cadáver descabezado de Víctor Manuel Martínez: es el contexto de impunidad que prevalece en Ciudad Guayana.
La mamá de Anderson Jaramillo (22) y de Mayerlin Isabel Jaramillo (18) supo la noticia de los asesinatos de sus dos hijos justamente el domingo 13 de mayo, Día de las madres.
Con ella, el resto de la familia: en la tarde de ese día encontraron los cuerpos de ambos en la barraca donde vivía Mayerlin. Cuando llegaron vieron una escena desconcertante: los cuerpos estaban decapitados sobre un pozo de sangre y barro. En ese momento, el del hallazgo, llovía.
En la mañana del lunes encontraron las cabezas. No en el mismo lugar en el que hallaron los cuerpos sino a cientos de metros de distancia: la invasión Villa Jade, en Puerto Ordaz.
En ese barrio en el que estaban los cuerpos no es novedad el tema de las decapitaciones: se trata de otra invasión, La bendición de Dios, ubicada en el Core 8 (Puerto Ordaz).
En la mañana del domingo 4 de marzo de 2018, los habitantes de La bendición de Dios despertaron con una escena escabrosa: en la cerca de la casa estaba incrustada una cabeza humana.
A unos metros de allí, dentro de una chatarra, estaba el cuerpo. No había advertencias ni mensajes más allá del hecho de la decapitación en sí. Niños, adultos y ancianos contemplaron un rato la imagen hasta la llegada de los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
La víctima fue Víctor Manuel Martínez, de 18 años. Sus familiares no supieron por qué lo asesinaron. Hoy, los familiares de los hermanos Jaramillo tampoco saben por qué los asesinaron.
Con los hermanos Jaramillo son tres los cuerpos decapitados que han visto los vecinos de La bendición de Dios en dos meses. El rumor que corre en el lugar es uno: venganza.
Pero, al igual que ocurrió con el asesinato de Víctor Manuel Martínez, el caso no está esclarecido. La impunidad es norma en Guayana: a comienzos de 2016 se hablaba de que solo el 4 por ciento de los casos de criminalidad ocurridos en el año anterior habían sido resueltos. En otras palabras: 96 por ciento de impunidad.
El contexto ha llevado a que Ciudad Guayana sea considerada la novena ciudad más violenta del mundo y la segunda más violenta de Venezuela, superada por Caracas. Es lo que ha determinado, en suma, que este tipo de casos sean prácticamente costumbre.