#Táchira - Familiares de cambista asesinada sospechan que los homicidas fueron policías

Familiares de la joven cambista tachirense Wendy Mayerlin Benítez Sanguino, que fue asesinada la noche del 29 de octubre en San Cristóbal, responsabilizan del homicidio a funcionarios policiales. Han salido a las calles de la ciudad a protestar y a exigir justicia.

Parientes de la víctima aseguran que uniformados extorsionan a entre 60 y 70 cambistas que operan en la urbanización Juan Maldonado, en la parte posterior del Terminal de Pasajeros de San Cristóbal.

Aunque inicialmente el hecho se manejó como un robo, las recientes declaraciones de Tatiana Benitez, hermana de la mujer, asoman la posibilidad de que el homicidio de la joven, que tenía 25 años de edad, fue perpetrado para no dejar testigos, ante la sospecha de que la víctima pudiera haber reconocido a los atacantes.

Los funcionarios, aunque estaban encapuchados, vestían el uniforme de las Faes, indicaron testigo. “En camionetas de esas grandes, de las últimas, Runner”, aseguró. Personas que presenciaron el ataque contaron que los criminales tenían chalecos antibalas.

Tatiana indicó que desde hace aproximadamente año y medio, cuando los cambistas se trasladaron a trabajar a esa zona (antes lo hacían en el referido terminal), comenzaron a ser extorsionados por funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).

“Las Faes fueron las primeras en llegar acá. Nos pidieron 5 mil pesos semanales, como una ‘colaboración’, que porque estábamos trabajando ilegalmente, pero muchas personas no podían pagar. Entonces, qué hicieron, pues hace como 4 meses nos ‘arrastraron’, o sea, nos agarraron a todos y nos llevaron presos”, contó la mujer.

En la oportunidad en la que los detuvieron, los cambistas fueron trasladados a la sede de las Faes en Paramillo, donde según Tatiana, a uno de sus compañeros le quitaron el dinero que tenía, mientras que las mujeres que fueron aprehendidas en esa ocasión prefirieron que la Fiscalía fuese notificada del procedimiento, pues estaban seguras de que demostrarían que no hacían nada ilegal.

Ya había ocurrido algo similar en septiembre de 2020, cuando detuvieron a los cambistas ante la sospecha de que solo servían de pantalla para el microtráfico de drogas. Después de 20 días, fueron puestos en libertad, sin que les imputaran cargos. Además, les devolvieron 3 millones de pesos colombianos, que les habían incautado.

No solo las Faes los extorsionan

De acuerdo con la versión de la hermana de la víctima, luego de esta última detención la presión y el asedio en contra del gremio cambista se incrementó, pues otras unidades de la PNB también comenzaron a extorsionarlos.

“Los mismos de Antidrogas, la DIP, la DIE de Plaza Venezuela. y otras unidades de la PNB hicieron los mismito. Nos agarraron, a algunos nos quitaban, a otros, no. Si nos les pagábamos nos decían: ‘los vamos a mandar a partir, los vamos a mandar agarrar’. Siempre era una amenaza”, relató la mujer.

Sehún Tatiana, funcionarios de la Policía Estadal del Táchira –Politáchira- se sumaron a las extorsiones. La exigencia, aseguró, era de 1.000 pesos colombianos diarios, por persona.

Ataques previos

Previo al homicidio de Wendy, su entorno amistoso, mujeres cambistas, comenzó a ser objeto de agresiones más frontales físicas. Esto, de acuerdo con el testimonio de Tatiana.

Otra cambista habrí sido interceptada, baleada en una pierna y golpeada en un ojo con la cacha de un arma de fuego, por dos sujetos motorizados que la despojaron de 6 millones de pesos.

Casi un mes antes del homicidio, había sido la misma Wendy la víctima de otro robo. En esa ocasión fue despojada de 10 millones de pesos por parte de dos hombres que, en una camioneta Blazer, la interceptaron cuando iba con Tatiana y otra amiga, en una moto.

En esa oportunidad Wendy fue golpeada en la cabeza con la cacha de un arma de fuego, relató su hermana.

En los tres eventos descritos, tanto las víctimas, como testigos, aseguraron que, la actitud, el porte y hasta el calzado de los victimarios, eran acordes con el de funcionarios policiales.

Todos estos hechos fueron denunciados. En el primer caso, ante las Faes, cuando aún no tenían sospechas de su supuesta autoría. Ante ese organismo, entregaron el plomo que le extrajeron de la pierna a la primera víctima, pero no hubo investigación.

Luego del primer ataque contra Wendy acudieron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) a interpusieron la denuncia. Tatiana contó que en esa oportunidad la investigación pareció prosperar, pero que algunos funcionarios le insinuaron que efectivamente los victimarios podrían ser miembros de las Faes.

El homicidio de Wendy

Cerca de las 7:00 de la noche del viernes 29 de octubre, Wendy y una compañera con la que vivía en la invasión de Sabaneta, parroquia La Concordia, en San Cristóbal, fueron interceptadas por dos hombres en moto.

Apenas notaron el actuar sospechosos de los desconocidos, y con los precedentes de robos, una de las muchachas arrojó al interior de un abasto, frente al cual estaban, las llaves de la moto en la que ambas se movilizaban.

Los delincuentes les ordenaron entregar sus pertenencias: carteras y teléfonos celulares. Ellas accedieron, pero antes de huir los hombres les dispararon a ambas.

A Wendy el proyectil le ingresó por el intercostal y le perforó un pulmón, lo que causó su muerte minutos después, en el Hospital Central de San Cristóbal.

Angely Herrera, de 23 años, la otra víctima en el ataque, fue baleada en el abdomen. El proyectil le salió por la espalda. Sobrevivió y pasó a ser testigo vital en la investigación que adelanta el Cicpc.