Asesinaron a puñaladas a un dominicano en su apartamento
Porfirio José Rosel López, de 54 años, nativo de República Dominicana, fue encontrado muerto y en estado de descomposición por funcionarios policiales el lunes 31 de julio, luego de ser asesinado en su vivienda a puñaladas para robarle un dinero que le habían entregado el jueves 27 de julio.
Rosel tenía seis años residiendo en Venezuela. Antes de venirse del país centroamericano vivía en San Francisco de Macorís, en la provincia de Duarte. Llegó a Venezuela en compañía de sus seis hijos; no obstante, actualmente moraba solo en un apartamento en las residencias Malavé, ubicada al frente del mercado de Quinta Crespo.
Una de sus hijas, quien deseó reservar su identidad, comentó que obtuvo información de que su padre había recibido un dinero el pasado jueves –ese fue el último día en que fue visto por sus vecinos y en el que habló con uno de sus hijos– y luego de ello, se fue a su lugar de residencia a descansar.
El lunes 31 de julio, vecinos llamaron a las autoridades debido a que percibían un fuerte olor a gas. Al momento, llegaron en dos patrullas funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas (Cipcp), quienes procedieron a tumbar la reja y ver por qué Porfirio no salía de su residencia ni respondía a los llamados de sus vecinos.
Al entrar observaron la cocina encendida y el cadáver del hombre en un alto estado de descomposición, con heridas de arma blanca y maniatado. La hija informó que Porfirio era un hombre de tez oscura y corpulento, sin embargo, los efectivos le aseguraron que había sido “completamente neutralizado”.
Funcionarios del Cicpc aseguraron que el asesino o asesinos lo conocían, debido a que no detectaron que forzaran la reja de seguridad del apartamento. A esa versión se sumó la de los vecinos, quienes no escucharon ni vieron nada fuera de orden. Los efectivos destacaron además que por el estado del cadáver, el crimen había tenido lugar aproximadamente unas 72 horas antes de su hallazgo, o lo que viene a ser el viernes 28 de julio. La hija narró que el victimario o los victimarios sustrajeron artículos de valor de la vivienda de Porfirio, entre ellos su teléfono celular.
El cadáver fue trasladado de inmediato a la medicatura forense de Bello Monte para practicarle los exámenes correspondientes; una vez allí, las autoridades se comunicaron con los hijos de la víctima, quienes no tenían conocimiento de lo sucedido, y tampoco se habían percatado de la ausencia de su padre debido a que no mantenían contacto diario con él.
Desde que llegó al país, Porfirio se dedicó a la actividad de comercializar ropa y zapatos en los alrededores del mercado de Quinto Crespo. Tenía cuatros hijos, todos mayores de edad. No se encontraba casado y fue definido como un hombre muy querido por los habitantes de su residencia.