El reclamo de justicia para dos jóvenes apureños no llega hasta El Salvador

Las madres, hermanas y tías de los apureños confinados en El Salvador alegan que los deportados firmaron “engañados y contentos”, la orden que los llevó al peligroso centro de reclusión

María Eugenia Díaz

Inquietud, tristeza, dolor, preocupación, desolación, incomunicación y gastos inesperados enfrentan las familias de Pedro Luis Salazar Cuervo y Gustavo Adolfo Aguilera Agüero, dos jóvenes apureños, ambos de 27 años, que hoy están detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en El Salvador.

Creado por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele en 2023, el Cecot tiene una capacidad para 40 000 reclusos, lo que lo convierte en una de las prisiones más grandes de América Latina. Fue construido para albergar a los delincuentes de alta peligrosidad de ese país y en la actualidad también sirve de centro de detención para al menos 252 venezolanos señalados por el gobierno de Estados Unidos como miembros del Tren de Aragua y trasladados hasta el país centroamericano de manera irregular según sostienen activistas y defensores de derechos humanos.

Las madres, hermanas y tías de los apureños confinados en El Salvador alegan que tanto Salazar Cuervo como Aguilera Agüero firmaron “engañados y contentos”, la orden de deportación, luego de que los funcionarios de seguridad de inmigración y del Centro de Detención del Sur de Texas en EEUU, les indicaron la pronta llegada del avión de Conviasa para su traslado hacia Venezuela.  Sin embargo, el avión que abordaron tenía como destino el país centroamericano.

La agonía de las dos familias comenzó a mediados de este año cuando se enteraron por casualidad de las deportaciones y hasta la fecha desconocen el verdadero estado de sus parientes.

Pedro Luis Salazar Cuervo, es un joven nacido en Puerto Páez, municipio fronterizo de Pedro Camejo en el estado Apure . Foto Cortesía Familiares

Un sueño convertido en pesadilla

En Venezuela, Salazar Cuervo se dedicaba a la venta de artesanías y decidió salir del país el día 18 de octubre del año 2024. Cruzó la Selva del Darién con la esperanza de llegar sano y salvo a los Estados Unidos, en cuyo trayecto enfrentó dificultades para poder cumplir el objetivo propuesto, llegar al país del primer mundo, para mejorar su calidad de vida y la de sus tres hijos, ante la crisis humanitaria compleja que se vive en Venezuela.

 Salazar Cuervo es aficionado del deporte. Foto Cortesía Familiares

“El sale de la casa de mis padres con un sueño maravilloso de superación. Se va de Venezuela con la intención de lograr todo aquello que anhelaba su corazón, dijo al salir del país, que trabajaría en Estados Unidos para ayudar a su familia. Es padre de dos hijos y vivía con mi madre. Es un joven bachiller, deportista, trabajador, luchador, sin antecedentes penales con una reputación intachable, no tiene tatuajes y no pertenece a ninguna banda delictiva. Pero su sueño se convirtió en una pesadilla desde el momento en que cruzó el Río Negro hasta la fecha, secuestrado injustamente en El Salvador, no merece lo que le está sucediendo”, dijo Johana, hermana mayor de Salazar Cuervo.

Sus familiares relatan que Salazar Cuervo y sus compañeros de viaje fueron despojados de sus pertenencias en el tramo fronterizo con destino a los Estados Unidos. También cuentan cómo el día 31 de diciembre de 2024, el joven fue víctima de amenazas, por parte de un “coyote”, cuando intentaba cruzar en grupo el río Negro. Afortunadamente logró escapar del peligro de ser entregado a una organización criminal.

“Ese coyote estaba haciendo doble el trabajo. Lo extorsionaba y tenía ganas de entregarlo a otra organización criminal. Cuando se dieron cuenta que el coyote lo quería entregar a esos carteles ellos corrieron para escapar hasta llegar al río Negro, sin ningún tipo de conocimiento de por dónde iban a pasar. Luego se entregó a una policía fronteriza que culpó a Salazar Cuervo y a sus compañeros de invasión a la propiedad privada”, manifestaron los consultados.

La familia no entiende las razones por las cuales su hermano sigue detenido en El Salvador luego de pagar una fianza de 1.000 dólares y de firmar la carta de deportación hacia su país de origen, con la ilusión de reencontrarse con sus seres queridos en Venezuela.

“Mi hermano no logró hacer vida en Estados Unidos, nunca estuvo en libertad, sino más bien detenido, cumplió con el juicio en su contra, asistió a las audiencias de la corte en ese país, en marzo y febrero cumplió con sus audiencias. El proceso iba bien, no lo estaba perjudicando tanto, luego de pagar la multa, para lograr salir del problema. Sin embargo, ahora se encuentra en esa cárcel, incomunicado. El 21 de marzo nos enteramos de su detención en la lista difundida en medios nacionales e internacionales”, manifestó Salazar.

 Xiomara Salazar, enfatiza que la detención de su hermano le ha afectado gravemente el bienestar de su familia, especialmente de su madre. Foto: Cortesía

A causa de esta coyuntura ella está sufriendo problemas de salud, no solo padece de hipertensión sino también está desanimada, presenta dolores en la cervical y falta de apetito.

Detenido en su propio apartamento

Gustavo Adolfo Aguilera Agüero, de 27 años, es otro apureño que debe enfrentar su detención en la cárcel de máxima seguridad de El Salvador, luego de ser deportado de los Estados Unidos.

Para el nacido en Guasdualito, poblado ubicado en el municipio fronterizo José Antonio Páez, la vida cambió de rumbo el 4 de febrero de este año, cuando fue detenido por los funcionarios del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EEUU mientras se encontraba cambiando un amortiguador de su carro en su propia casa.

La familia de este joven llanero espera con ansias su libertad. FOTO: Cortesía Familiares

“Es el hermano mayor de tres hermanos y es mi mano derecha, quién me ha ayudado en todo momento ya que soy madre soltera. Él siempre ha sido un muchacho muy noble, muy familiar y bueno; siempre me ayudó con mis hijos y fue responsable con las cosas de la casa”, dijo Zulay Aguilera, tía del detenido.

El día 8 agosto del 2023, Gustavo y su pareja decidieron hacer una nueva vida en los Estados Unidos y cruzaron la Selva del Darién. “Ambos deseaban tener sus cosas y salir adelante también y tener su propia casa su propio hogar. Luego de cuatro meses le salió la cita a través del sistema CBP ONE para Migrantes. El 17 de diciembre del 2023 el gobierno le concede el permiso de ingreso a los Estados Unidos para establecerse en San Luis, Texas, donde mantuvo un trabajo estable durante ocho meses como contratista en una empresa de instalación de alarmas y conducía un Uber en sus tiempos libres”, dijo su tía.

La cita de la audiencia ante la Corte de Estados Unidos para decidir este caso de asilo de Aguilera Agüero estaba pautada para el día 26 de noviembre de este año. “Tenía todo al día, pero en febrero los funcionarios de ICE lo detuvieron y le solicitaron la documentación, le formularon varias preguntas, revisaron el apartamento, le vieron el tatuaje en el cuello y enseguida le informaron que sería detenido. No le permitieron un abogado, ni derecho a fianza y fueron llevados a El Salvador de forma arbitraria”, agregó la tía del joven que hoy está apresado en El Salvador.

Miriam Aguilera, madre de Gustavo Adolfo recuerda que su hijo fue deportado el día de su cumpleaños“porque tiene varios tatuajes en su cuerpo, una de ellos, una corona en honor a su primer hijo”. Durante tres días estuvo buscando información acerca de su hijo y se enteró de la detención debido a una foto publicada en redes sociales de los detenidos en los pasillos del CECOT. “Pude identificarlo mientras lo tenían amarrado de manos y pies como un animal”, contó entre llanto durante una rueda de prensa ofrecida en marzo de este año, junto al gobernador Freddy Bernal.

“Denuncio violación del debido proceso, los funcionarios violan las leyes y los convenios y tratados internacionales; el proceso está viciado porque mi sobrino no fue presentado en una corte, tampoco fue informado sobre la razón de su detención”, señaló Zulay Aguilera.

 Familiares aseguran que Aguilera Agüero es un hombre trabajador. Foto: Cortesía

Familiares marcharon por justicia y libertad

Este caso del ciudadano forma parte de los casos denunciados por el defensor de derechos humanos, presidente de la Fundación El Amparo, Walter Márquez, quien participó este sábado 17 de mayo, en una marcha organizada por la Fundación El Amparo junto a los familiares de nueve venezolanos detenidos en CECOT, ocho del estado Táchira y uno de Apure.

Las familias marcharon por las calles del municipio Capacho Nuevo, del estado Táchira, exigiendo la liberación inmediata y fe de vida de los venezolanos, algunos víctimas de torturas, tratos crueles, inhumanos y degradantes en Estados Unidos donde fueron víctimas de una detención arbitraria y luego de una deportación forzosa a El Salvador, denunció el también exembajador de Venezuela en La India.

Ambas familias apureñas libran una dura batalla como cientos de madres e hijos venezolanos en el mundo, que a pesar de que a diario sortean su vida, en medio de las adversidades, mantienen la fe intacta, con la esperanza firme de alcanzar la libertad plena de estos venezolanos que merecen un mejor futuro.